Este enorme jabalí se las ingenió para llenar su estomago con la comida de un comedero de caza menor.
Por Carlos Vignau
Pocas cosas en esta vida son capaces de detener a un jabalí con el estómago vacío. Cuando las tripas empiezan a rugir, ni las vallas metálicas, ni los pastores eléctricos paran las pezuñas de estas bestias.
En este caso, el jabalí protagonista del vídeo sintió una atracción fatal por un comedero lleno de grano para aportar alimento a perdices y conejos. El jabalí no lo pensó dos veces y lo zarandeó hasta reventar el cubo y hacer salir el grano.
Una vez con el alimento en el suelo, el jabalí lo devora como si no hubiera comido en semanas.
Aquí tienes el vídeo, recogido por una cámara de fototrampeo:
Comederos para jabalíes y perdices
Comerdero de bidón para perdices
Puedes fabricarlos tú mismo. Sólo necesitas un bidón o cubo de plástico y realizar, con una radial, unos cuatro o cinco cortes en el canto inferior para que las perdices puedan sacar el grano con su pico –llenarlo con trigo es perfecto–. Suspendido en la rama de un árbol o sobre un par de ladrillos –de modo que quede a una altura de entre 15 y 20 centímetros–, será perfecto en aquellos eriales o zonas de monte bajo donde las perdices disponga de menos oferta de alimento. Es el comedero para menor más económico y sencillo de instalar y mantener. Coloca uno cada 30 hectáreas –o 20 en zonas con pocas siembras–, y revísalo semanalmente.
Con alfalfera o tolva
Imprescindible, sobre todo en aquellos terrenos donde las fuertes nevadas pueden dejar a los animales varios días sin comida. Fabricados en acero laminado o madera, algunos modelos incorporan un techo o están diseñados específicamente para una especie. En su parte central cuentan con una alfalfera de varillas lisas o tolva donde colocar el forraje o pienso para nuestros ungulados. Bastará colocar uno cada 100 o 200 hectáreas –nunca cerca de carreteras ni visible desde los caminos–, según la densidad de jabalíes y la oferta de alimento de tu coto.
Comedero automático para jabalíes
Se componen de un bidón o recipiente y un dispensador automático que, colocado en su parte inferior, dispersa el grano las veces y el tiempo que lo programemos. Instalaremos uno cada 100 o 200 hectáreas, y son muy eficaces para cebar fincas cochineras y mantener las piaras en las manchas a la hora de organizar una montería. Además, al ser programables nos ayudará a ahorrar alimento, todo lo contrario a los bidones de suelo con agujeros donde una piara una noche puede vaciarlo y dejar sin comida al resto hasta nuestra visita. Junto a una cámara de fototrampeo, es perfecto para censar jabalíes y saber en qué estado se encuentran sus poblaciones.